Historia
Para proteger, necesitas amar;
para amar, necesitas conocer.
Ante los desafíos socioambientales actuales —especialmente los relacionados con la emergencia climática— y los objetivos globales de restauración de áreas deforestadas, la reforestación del Bosque de Tijuca y otros bosques nacionales dentro del Macizo de Tijuca, realizada en la segunda mitad del siglo XIX, demuestra que con cuidado, dedicación y tiempo, la restauración es posible. El Bosque de Tijuca es la iniciativa de reforestación más duradera y emblemática de Brasil, proporcionando un ejemplo atemporal para construir ciudades más verdes, biodiversas y social y ambientalmente justas.
Desde su fundación, la ciudad de Río de Janeiro tuvo que lidiar con problemas relacionados al suministro de agua. En la primera mitad del siglo XIX, la destrucción y quema de áreas boscosas, junto con la expansión de plantaciones de café que reemplazaron la vegetación nativa —especialmente en el Macizo de Tijuca, donde nacen los principales cursos de agua que abastecen a la ciudad— agravaron aún más este problema. Se requerían medidas urgentes para evitar una crisis mayor.
Ya en 1817, con el “Decreto que prohíbe el corte de árboles, madera, leña y vegetación en todas las áreas alrededor de los manantiales del río Carioca”, existía preocupación por la conservación de los bosques de Río de Janeiro. Sin embargo, fue a partir de 1861, con la Orden del 11 de diciembre que estableció las “instrucciones provisionales para la plantación y conservación de los bosques de Tijuca y Paineiras”, cuando esta historia realmente comenzó a cambiar.
En la segunda mitad del siglo XIX, especialmente entre las décadas de 1860 y 1890, se plantaron más de 150,000 plántulas —en su mayoría de especies nativas— para restaurar las áreas deforestadas. Entre ellas estaban el cedro, el jequitibá, el palo brasil y el pau-ferro, especies emblemáticas de la flora brasileña. Algunas plántulas, de apenas 30 cm cuando fueron plantadas, ahora pueden encontrarse como árboles que superan los 30 metros de altura: registros vivos de la historia del bosque.